El lado B de la tragedia. ¿Qué pasa al sobrevivir a un siniestro vial?
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La vida del sonorense Jorge Güereca se transformó radicalmente tras sobrevivir a dos siniestros viales. Este es lado B de la tragedia diaria en las calles y carreteras del país.
Por Georgina Hidalgo Vivas
El INEGI les llama "accidentes de transito terrestre" y asegura que en México ocurren alrededor de 300 mil cada año (301,678 en 2020), pero la palabra "accidente" no solo es engañosa sino que se queda corta al tratar de explicar la magnitud de la tragedia que implica para las casi 80 mil personas que los sufren por año (75,761 en 2020).
Las familias de los 3,824 muertos por año y los 71,935 lesionados en los percances viales, muchos de los cuales quedarán discapacitados de por vida, saben bien que lo que sufrieron no fue por azar o mala suerte sino por un conjunto de errores que pueden prevenirse para evitar que se conviertan en sucesos funestos, infelices y que producen daños o pérdidas considerables e irrecuperables. Debiera llamársele "siniestro vial", pero lo de menos son los términos.
Abandonados a su suerte en la atención médica, sin apoyos económicos y sin posibilidades de obtener justicia y la debida reparación del daño, las palabras más comunes con las que deben aprender a vivir es la frustración y la tristeza.
El viacrucis de un sobreviviente
Así lo contó Jorge Güereca, presidente de Por un mejor andar AC y Rodando Caminos AC, en el "Café por la Seguridad Vial" que la @CoalicionMS transmitió a finales de noviembre por el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros Viales.
Para muchos es solo una estadística, pero Güereca –actualmente en silla de ruedas por un accidente automovilístico ocurrido hace 15 años– da voz a esas 4 de cada 10 personas lesionadas en siniestros viales que quedaron discapacitadas de por vida.
En un video donde se escuchan los aparatos de respiración a los que debe conectarse, cuenta su historia:
"Iba tranquilamente cruzando una calle amplia en mi auto cuando sin detenerse, sin verlo venir, sin más un auto lo chocó a toda velocidad. Eran dos personas jóvenes que venían tomando cervezas en el vehículo. Estaban celebrando y nunca vieron el alto y se lo pasaron y chocaron sin frenar conmigo.
Recuerdo haber despertado y no podía ver, me tallé los ojos y era sangre. Conforme me regresa la visión veo muchas personas a mi alrededor y cuando volvió el sonido escuché sirenas, radios, patrullas y vi a un bombero que con las "quijadas de la vida" arrancó la puerta de mi auto para sacarme".
“Salimos del accidente y otra vez a empezar de nuevo”
De las cuatro personas venían en el vehículo de Jorge, todas terminaron con lesiones graves en sus cuerpos. Él tuvo fracturas múltiples en el cráneo, caja toraccica clavícula y lesión medular. Otro, fracturas en el hueso de la cara e inflamación del cerebro. Hubo en los demás roturas de clavícula, fractura de rodillas.
"Lamentablemente, a una amiga le quedó hundido el hueso de la cara y quedó con graves secuelas. Ella tenía un rostro muy fino y bonito", recordó.
A pesar de lo aparatoso del choque, todos salieron vivos. Pero en Sonora, uno de los 10 estados con más muertos por siniestros viales, según el INEGI, la fatalidad se cruzó de nuevo en el camino de Jorge Güereca.
"Dos años después, otra vez venía en la calle, en una camioneta pickup doble cabina, que es muy común en Sonora y venía cruzando una calle amplia, de cuatro carriles cada lado y ya en el último tramo, escuché que mi compañera gritó y veo que viene un auto derrapándose y se estrella con nosotros. Recuerdo que desperté cuando mi acompañante me estaba jalonenado y solo veía la cruz de una iglesia que estaba cerca, quise bajarme del auto y no me podía mover, no me respondía el cuerpo, pensé que estaba atorado, volteé a ver mis piernas y sentí un cansancio. ya cuando volví en mí u entendí que otra vez nos habían chocado por segunda vez, me rendí, me entregué y me desmayé".
Tristeza y frustración
En silla de ruedas debido a una lesión medular completa que le impide moverse desde el pecho hasta abajo, Jorge comenzó a vivir lo que considera "una experiencia distinta, frustrante y desesperante":
"Es muy triste la realidad que vive un discapacitado en nuestro país, la sociedad está muy ajena, hace falta cultura y algo triste, lo peor, es que la legislación que tenemos en México es una burla. Tenemos muchas leyes que son letra muerta, a unas les faltan dientes para multar y obligar, otras no se aplican y además tenemos el gran problema de la corrupción".
En su primer hecho vial, que fue causado por un joven que venía alcoholizado como tres veces por encima de lo permitido, la corrupción del Ministerio Público permitió que éste solo estuviera detenido 24 horas.
"Fue desesperante para mí porque mi situación fue tipificada como 'lesiones graves que no ponen en peligro la vida y que tardan 15 días en sanar'. Peleamos 6 años en un juicio y fue decepcionante la legislación mexicana y la situación que vivimos los que sobrevivimos a un accidente automovilístico. No hay apoyos gubernamentales ni programas de salud, ni recursos para adecuada atención, hay atraso en todo y nada está escrito".
#LeyMovilidadSegura
Como muchos sobrevivientes a la violencia vial, Güereca inició el arduo camino de la recuperación y la sanación de sus heridas, incluyendo las que le infringió la sociedad, al participar como activista en la histórica reducción de los limites permitidos de alcohol en su entidad, pero aún queda mucho por hacer y por eso impulsa la aprobación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que se dictamina ya en el Senado mexicano.
Pidió a los legisladores que no se muevan por cuestiones políticas y que entiendan que hablamos de una gran mortandad en las calles y carreteras de México debido a la velocidad, la conducción con distractores o bajo efectos del alcohol y la baja cultura de uso de cinturón de seguridad.
BCTK, sigue la aprobación de la urgente #LeyMovilidadSegura en el Senado a través del FB Live @CoaliciónMovilidadSegura